Tengo cien palabras totalmente diferentes en mi cabeza.
Tengo tantas ideas que quiero escribir, pero se enredan cuando intento hacerlo, y se colan las palabras inadecuadas, nada está en orden como antes.
No puedo unir las palabras ni plasmar las ideas en un texto.
¿Será que he perdido la esencia?
jueves, 15 de octubre de 2009
miércoles, 14 de octubre de 2009
sábado, 10 de octubre de 2009
Siervos de la sociedad
Nota importante: No recuerdo por qué lo escribí o a qué me refería exactamente, pero creo que fue en la etapa en la que conocí a otras personas de mi edad que también leían y con las que intercambié muy buenos libros. Me marcó porque encontrar personas con los mismos intereses intelectuales a los 14 o 15 años era sumamente complicado.
Estamos escondidos entre la gente, husmeando los pensamientos, creyendo saber que lo sabemos todo.
Pensando como pensamos, estudiando y leyendo siempre, para mantenernos informados, para no ser como ellos, para ser diferentes.
Y nos cuestionamos las cosas porque nada está dicho o escrito sin que le demos vuelta al asunto, nada es cierto porque la verdad es relativa y nosotros lo sabemos, por eso es que leemos.
Y hablamos entre nosotros, porque estamos en un punto aparte, en un grado elevado, en donde pocos se encuentran porque no muchos llegan, porque no hay un mapa específico que te lleve a pensar diferente...
Es cuestión de apartarte un poquito de lo normal y dejarte llevar por lo inherente.
Estamos escondidos entre la gente, husmeando los pensamientos, creyendo saber que lo sabemos todo.
Pensando como pensamos, estudiando y leyendo siempre, para mantenernos informados, para no ser como ellos, para ser diferentes.
Y nos cuestionamos las cosas porque nada está dicho o escrito sin que le demos vuelta al asunto, nada es cierto porque la verdad es relativa y nosotros lo sabemos, por eso es que leemos.
Y hablamos entre nosotros, porque estamos en un punto aparte, en un grado elevado, en donde pocos se encuentran porque no muchos llegan, porque no hay un mapa específico que te lleve a pensar diferente...
Es cuestión de apartarte un poquito de lo normal y dejarte llevar por lo inherente.
miércoles, 7 de octubre de 2009
Sigue sin dolerte nada
Nota importante: Me gustaba escribir cuentos. Este es uno de ellos pero 1) está pésimamente mal redactado, 2) no tiene un estilo definido, 3) pierde la ilación, 4) la historia no tiene sentido, etc. Aún así, creo que es valioso conservarlo porque me ayuda a recordar las cosas que imaginaba antes. Algún día lo puliré porque creo que tiene una estructura que se podría trabajar un poco más.
La cabeza me daba vueltas mientras él seguía echado sin parpadear. Los ojos se me secaron por no saber qué hacer mientras lo miraba.
No pensé que nada pasaría, lo juro.
- ¿Y luego?
Luego, la verdad, me temblaban más las manos que ahora. Había un olor a fierro o a óxido quemado en la habitación, eso hizo que provocara un vómito y de pronto...
-Sin irse por las ramas, por favor. Vaya al grano.
Pues seguía viendo sus ojos azules abiertos y expandidos como dos platos, y él, tendido sin siquiera moverse. Le pedía que respirara, mejor dicho se lo rogaba, y aún así no obedecía.
-¿Puede repetirme las razones por favor? - Insistió.
Se supone que no debo decir nada de esto, pero ya qué más da. Antes de casarme con él, vi cómo lo atropellaban y moría instantáneamente. Lo reconocí luego, en la foto de un periódico antiguo, con la diferencia que no tenía ni una cicatriz en ninguna parte del cuerpo.
Pensará que estoy loca pero se cortaba con vidrios y jamás le quedaban marcas.
-¿Qué intenta decir? - dijo en tono asustado
Que nada le hacía daño, ni siquiera cuando le tiré una taza en la cabeza por error. A las horas se le cerró la herida, y nunca lo escuché quejarse de dolor, presumo era... algo así como inmortal.
¿Señor?
¿Señor? ¿Está ahí?
¡No me encierre aquí! ¡Todo lo que le digo es verdad! ¡Sáqueme ya esta bata blanca que no me deja mover los brazos! ¡Señor!
La cabeza me daba vueltas mientras él seguía echado sin parpadear. Los ojos se me secaron por no saber qué hacer mientras lo miraba.
No pensé que nada pasaría, lo juro.
- ¿Y luego?
Luego, la verdad, me temblaban más las manos que ahora. Había un olor a fierro o a óxido quemado en la habitación, eso hizo que provocara un vómito y de pronto...
-Sin irse por las ramas, por favor. Vaya al grano.
Pues seguía viendo sus ojos azules abiertos y expandidos como dos platos, y él, tendido sin siquiera moverse. Le pedía que respirara, mejor dicho se lo rogaba, y aún así no obedecía.
-¿Puede repetirme las razones por favor? - Insistió.
Se supone que no debo decir nada de esto, pero ya qué más da. Antes de casarme con él, vi cómo lo atropellaban y moría instantáneamente. Lo reconocí luego, en la foto de un periódico antiguo, con la diferencia que no tenía ni una cicatriz en ninguna parte del cuerpo.
Pensará que estoy loca pero se cortaba con vidrios y jamás le quedaban marcas.
-¿Qué intenta decir? - dijo en tono asustado
Que nada le hacía daño, ni siquiera cuando le tiré una taza en la cabeza por error. A las horas se le cerró la herida, y nunca lo escuché quejarse de dolor, presumo era... algo así como inmortal.
¿Señor?
¿Señor? ¿Está ahí?
¡No me encierre aquí! ¡Todo lo que le digo es verdad! ¡Sáqueme ya esta bata blanca que no me deja mover los brazos! ¡Señor!
sábado, 3 de octubre de 2009
Nada te duele
Tengo muchos moretones a causa de mis caídas, a diferencia de ti; te caes, y siempre tienes un colchón gigante donde rebotas como acto de amortiguación.
Ojos que no ven
Puedo ver todo desde mi ventana, incluso el aire me apoya y no se pone tan violento.
Las nubes ayudan y se hacen a un lado para poder ver a la luna.
La luna se hace mi cómplice y brilla como si fuera esclava aunque creo que sí lo es.
Las estrellas se juntan y hacen la constelación, los grillos dejan de cantar a la vez y se turnan para crear una melodía.
Mi corazón lo entiende y bombea con ritmo, mi sangre fluye, mi mirada cambia, una lágrima brota...
Puedo ver todo, menos verte a ti.
Las nubes ayudan y se hacen a un lado para poder ver a la luna.
La luna se hace mi cómplice y brilla como si fuera esclava aunque creo que sí lo es.
Las estrellas se juntan y hacen la constelación, los grillos dejan de cantar a la vez y se turnan para crear una melodía.
Mi corazón lo entiende y bombea con ritmo, mi sangre fluye, mi mirada cambia, una lágrima brota...
Puedo ver todo, menos verte a ti.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)