Nota importante: Lo mismo que con el cuento anterior.
Solía pasarme, que la luna representaba mi estado de ánimo y las ganas de vivir que tenía en el momento en que la veía. A excepción de hoy.
Un día antes del último, la luna se encontraba llena de vida, redonda,y la luz abarcaba el mejor espectáculo de la noche.
Me senté a verla y a grabar en mí, una imagen de su belleza. Ahora la aprecio más que antes, ya que es lo único que logro divisar; la quiero casi tanto como el último día. Quizá un poco más.
No puedo recordar muy bien cómo llegué aquí, cómo dejé a todo aquel ser que he querido, cómo dejé lo que muchos llaman ser y yo llamo estar.
El día último se delató por sí sólo, ese día todo estaba diferente,el cielo ya no era gris y las nubes habían hecho espacio para mí.
Supe que ese día era el indicado. La luna me lo dijo.
Quería que estemos solas eternamente, contándonos lo mucho que nos entendemos,lo mucho que nos gusta ver a todos desde lejos sin que sepan que estamos ahí,mostrarnos en la noche con una luz potentemente brillante, ser querida por muchos,y no sentir eso por nadie; tener días en que crecemos y otros en que preferimos no aparecer,estar rodeada de estrellas y mantener la distancia a cada una de ellas,que nos vean con extrañeza, y ser fuente de inspiración en cada corazón.
Aún así distante, me lo confesó, cautelosamente preparó mi último día.
Vino a recogerme la muerte el último de mis días. Me trató muy bien, incluso fue amable y me enseñó a lo que me preparaba. Le conté que la luna me estaba esperando,
y se mofó de mí de una forma escandalosa.
Ahora por fin he llegado a la soledad absoluta. La luna puede ser muy buena amiga, pero como todas: traicionera.Imposible compartir su brillo con alguien más. Es única, y yo siempre lo supe, pero pensé que por mí haría una excepción y me haría un espacio entre su reino aclamado.Ahora por ingenua estoy totalmente sola, pero calmada, sin escuchar absolutamente nada más que mis propios pensamientos.Y así me quedaré, sola: viendo a la luna, la única espectadora de mi funeral, reírse de mí.
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